TAPA DEL DÍA Gregorio Mandrini, argentino y responsable de neumáticos en Racing Bulls, vive su pasión por la Fórmula 1 desde adentro del paddock. Su historia comenzó en Leones, Córdoba, rodeado de "fierros" y talleres, donde su papá, piloto de Fórmula Renault, fue su primer referente y maestro. La tragedia golpeó temprano: la muerte de su padre cuando Mandrini tenía 16 años lo impulsó a continuar con el legado familiar. Tras correr en karting y motocross, y enfrentar un accidente que lo obligó a dejar las carreras, encontró su camino en el automovilismo profesional. Su carrera europea empezó en Suiza en Fórmula 4, y tras un breve paso por la Ingeniería en Córdoba, volvió a la actividad en Buenos Aires. Allí conoció a Luciano Crespi, expiloto argentino dedicado a captar talentos para Jenser Motorsport, lo que le abrió las puertas de la Fórmula 1. Después de superar varias entrevistas, Mandrini fue confirmado en Racing Bulls. No está solo: Nicolás Blanco, mecánico desde los tiempos de AlphaTauri, acompaña a los argentinos dentro de la escudería. Hoy, Mandrini vive en Faenza, Italia, y recorre el mundo siguiendo el calendario de carreras, pasando gran parte del año lejos de su hogar. Sobre su trabajo, Mandrini afirma: "Es más que un trabajo, es un estilo de vida. Estar fuera todo el año viviendo la Fórmula 1 es algo muy lindo, pero también hace perder muchas cosas familiares". Su rol requiere precisión absoluta: cualquier error en los neumáticos puede comprometer toda una carrera. En el paddock mantiene una relación cordial con Franco Colapinto, el único piloto argentino en la máxima categoría, y con sus pilotos a cargo, Liam Lawson e Isack Hadjar, con quienes incluso comparte cenas y entrenamientos. La confianza y el vínculo humano, asegura Mandrini, son esenciales para el rendimiento. El mecánico cordobés no se detiene: su próximo objetivo es formar su propio equipo de Fórmula 4. "Estoy muy cerca de hacerlo realidad", afirmó, mostrando que su pasión por el automovilismo sigue creciendo. La historia de Gregorio Mandrini refleja la perseverancia, el sacrificio y el talento argentino que llevaron a un joven de Córdoba a dejar su huella en la Fórmula 1. TAPA DEL DÍA